jueves, agosto 23, 2007
Rancio
Mejor salgamos de esta cueva, este inmundo mundo cerrado, contaminado y minado. Rompamos las paredes dibujadas por nuestros abuelos, alteremos el orden natural de las cosas artificiales, perduremos en la memoria de nuestros hijos, nietos y sobrinos. Mostremos como somos en el mundo exterior, ese mundo libre y con aroma a risa.
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